La evidencia científica lo respalda: trabajar y promover habilidades emocionales reduce problemas de salud mental (como ansiedad y depresión), fortalece a las comunidades (promoviendo comunicación efectiva y relaciones sanas) y eleva el rendimiento académico y laboral.
Por eso hay que
Crecer con Emoción
• Ser capaces de percibir, entender, aceptar y regular lo que sentimos.
• Ser capaces de entender a los demás y hacernos entender, para construir relaciones armoniosas y provechosas.
• Poder ser autónomos: elegir la vida que queremos, y construirla.
Desarrollar estas
habilidades es difícil.
Los colegios viven presionados por preparar para el éxito a sus alumnos en una sociedad exigente, y aunque quieren dar una formación humanista más profunda, les cuesta: no hay tiempo, no hay herramientas, no se sabe muy bien cómo.
Nuestros niños, niñas y jóvenes están estresados y angustiados. Presionados por la sociedad y su entorno, sin encontrar apoyo y guía en sus padres, que muchas veces están desorientados y sin saber cómo acompañarlos.
pero
¡es posible!
Las herramientas con las que contamos son nuestra mente, nuestras emociones y cuerpo, y el medio es la palabra: la conversación y el intercambio con las personas que nos rodean.
¡La metodología es la exploración! Desarrollamos estas habilidades escuchando nuestro cuerpo, siguiendo nuestra intuición y curiosidad, aplicando nuestra inteligencia, y sobre todo, vinculándonos con los demás.